- Lo alcanzado este año por el movimiento universitario en la Utem forma parte de una conquista histórica por parte de estudiantes, funcionarios y académicos. En esto no hay que perderse, el triunfo es de todos y todas los que genuinamente apoyaron las demandas que acá se plantearon. Sin embargo, hay algo claro: no es el momento de
descansar.
- La historia está llena de episodios donde los triunfos terminan convirtiéndose en derrotas. Por tal razón no hay que descansar, por tal motivo hay que trabajar el doble. Lo que se ganó hasta el momento no es una nueva universidad, sino sólo un camino de refundación que nadie puede asegurar que termine como la mayoría lo proyecta.
- A esa mayoría silenciada hay que dotarla de un vozarrón capaz de romper con los cristales que protegen al poder y sus egoísmos. El proceso de Claustro donde pretendemos empezar a dibujar la nueva Utem, no podemos enfrentarlo con los mismos de siempre, debemos y tenemos que sumar a nuevos estudiantes, docentes y profesores, convocándolos a contribuir con lo que puedan y quieran. No esperamos ni mesías ni intelectuales que suplanten la acción colectiva de esta pequeña fracción de pueblo que sabe mejor que todos qué es lo que no puede volver a repetirse en nuestra institución.
- Cuidado con los cantos de sirena. No aceptaremos que nos limiten el debate ni menos que lo desarticulen para que al final todo quede igual. Queremos repensar una Utem como verdadera contribución a Chile, por lo tanto, tenemos que ponernos de acuerdo en cómo y de qué forma nuestro proyecto educativo se pone al servicio de los desafíos que Chile entero tiene y no un proyecto coherente a las proyecciones mercantiles de un grupo de empresarios y sus lógicas dominantes.
- Por esta simple razón es que lo que viene de aquí para adelante será complejo y requerirá lo mejor de todos y todas. No le tenemos miedo al debate ni menos a la elaboración de ideas. Sí le tenemos asco a los que desde el tribunal de la historia y la moral impedirán trabajar por una nueva universidad. No hay que engañarse, el poder se disfraza de estudiante, funcionario o académico y además también trabaja para ser mayoría, por lo tanto, hay que combatirlo día a día, con mejores ideas, sin restricciones y ojalá con mayor destreza y menos testimonios.
- Para eso estamos y en eso nos concentraremos. Desde una lógica futbolera, a los 15 minutos del primer tiempo del partido ya vamos ganando, sin embargo, queda mucha historia por construir y como ésta la escriben los vencedores, esperamos que el fin de este partido sea relatado por todos y todas quienes entregaron parte de su vida para la construcción de una universidad pública, justa y libre.
Bloque Estudiantil MR
Son muchos los desafíos que tenemos por delante, la historia nos muestra que los claustros mueren por la desidia y el desinterés de la gente porque con el tiempo todos se cansan de las contínuas y largas asambleas en las cuales se habla mucho y se dice poco y se deside nada.
Los miembros del claustro comienzan a desgastarse y a sentir que tienen otras alternativas mejores en la que gastar ese tiempo dilatado como la familia, el estudio o el trabajo.
Los acuerdos del claustro son muy lentos de tomar, tardan bastante más tiempo de lo que demora en resolverse un problema por cualquier otra vía.
Finalemente el claustro va perdiendo fuerza y empuje hasta que terminan asistiendo unos pocos alumnos que finalmente pierden el norte del problema y comienza a desvanecerse el interés.
Por estos motivos siempre he sostenido que la mejor y más efectiva solución a los problemas de gestión de la UTEM es hacer un cambio en el cuadro del Consejo Superior, pues es allí donde realmente se resuelven los problemas.
Sabemos que ese consejo superior actualmente está compuesto por gente muy cuestionable en todo sentido y que jamás ha respetado la institucionalidad en las decisiones que toma. Sabemos que será mucho más ágil que el claustro en su actuar porque está conformado por personas con mucha experiencia en manejo de masas y crisis y técnicas de negociación.
Aún es tiempo se solicitar el cambio de los consejeros superiores y resolver el problema en su raíz, es decir tomar el toro por las hastas.
Respecto al comentario anterior, la Universidad de Chile sí logró hacer cambios de estatutos con la participación de todos los actores universitarios. Me imagino que la UTEM conoce en profundidad esta experiencia y ha recogido sus aprendizajes. La UTEM podría ser la segunda Universidad pública que logra democratizar sus estatutos y su institucionalidad.
Felicitaciones por la columna que aparece escrita hoy, muy buena, notable la analogía "futbolera".
Nuevamente, ánimo estudiantes de la UTEM. Hoy se está abriendo en el país un debate amplio sobre la educación pública en Chile; los universitarios no se pueden quedar atrás.
Saludos para todos y todas los que se la están jugando por la reconstrucción de la UTEM.
Alejandra Cortés Madaune
Socióloga.